Estaba escuchando a Migue Benítez, cuando un gorrión se posó en mi ventana, miró hacia dentro y canturreó algo hacia el interior de la habitación.
Canta el pájaro en la ventana. ¿Triste o alegre?
Quizá me cuenta sus penas como yo las mías le cuento.
Quizá me dice que salga de este cuarto sombrío.
Quizá se divierte escuchando su eco en mi corazón vacío.
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