Son tus ojos dos luceros
Que iluminan la noche oscura
Y reflejan tu alma, pura
y tu boca, lo que quiero
Deslizarme en tu figura
Serpenteando tras tu pelo
Tu fragancia caramelo
Y tu cuello sepultura
Pues ya no hay Dios
Que me salve
Ni paraíso para mí
Prefiero el infierno
donde poder quemarme
sólo junto a tí.
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